¿Cuánto tiempo pueden pasar dos personas en una ciudad como Berlín, sin
teléfono ni internet, separadas y sin punto en común, en encontrarse?
Llegué a Berlín en tren recién pasadas las once de la mañana. El plan (el
único y tonto plan) era conectarme a internet para comunicarme con un amigo,
encontrarme con él en el hotel donde estaba (que no sabía cuál era ni qué
dirección tenía) y recorrer la capital alemana juntos.
Alemania tiene los únicos McDonalds del mundo sin Wifi. Las cafeterías
tampoco tienen wifi y por supuesto, los hoteles cerca de la estación de tren no
me iban a pasar la contraseña a menos que pagara una noche. Ya que no había
opciones con el McDonalds pregunté por un Starbucks, pero quedaba a un par de
estaciones de metro de distancia.
Ok, sobre Berlín conozco algunas cosas, pero no sé dónde quedan. Dos cosas
sobre Berlín que se pueden leer en el link que coloco en este artículo: está
lleno de alemanes y en Alemania se habla alemán. Yo no hablo alemán, ni
siquiera sé decir cómo me llamo en alemán, aún más: en la pequeña lista de
lenguas que me gustaría aprender, el alemán ni siquiera figura. Sé que sería
más útil hablar ese idioma que italiano, porque al menos se habla en más de un
país, pero tengo toda la intención del mundo de volver a Italia tan pronto como
pueda y cada vez que pueda, mientras que puedo vivir otros 26 años sin pisar
Alemania (ni Suiza ni la parte alemana de Bélgica…). Así que sin mapa, con cero
sentido de la orientación, sin idea de dónde encontrar a mi amigo ni entender
los carteles en la calle, pregunté a cuanta persona encontré si había un cyber
café cerca.
“Veo que no respondes”, decía el mensaje que mi amigo me dejó en facebook.
Eh…. No respondo porque no estoy en el chat, pensé. “Voy a Check point
Charlie”.
Fue explotando el inglés a más no dar con los muchachos que encontré en el
subterráneo que pude tomar el tren correcto y llegar a check point Charlie sólo
no encontrar a la maraña de rulos que es mi amigo.
Y, como ya dije, el McDonalds del frente, tampoco tenía internet.
Suerte que Starbucks no abandona. “Estoy en Check Point Charlie, me voy a
las puertas de Brandemburgo”. No pensaba seguirlo por todo Berlín, cazando
señales de internet donde pudiera. No. O era en Check Point Charlie o lo
saludaba por chat.
Más abajo había otro mensaje: “Nos vemos en el McDonalds frente a Charlie a
las 13.10”.
5 minutos. A correr.