domingo, 31 de agosto de 2014

Idiomas

Lisboa es una de las ciudades que más me gustan. Cálida, simple, colorida. Las personas locales no se andan con vueltas: nada de falsas sonrisas ni palabras llenas de flores. Completamente contrario al Costumer Service estadounidense, los lusitanos van y vienen como son: como todas las personas, tienen días buenos y días malos. Esa sinceridad me encanta.

Entonces viene este hombre, Suizo-Alemán (la peor combinación) y se pone a hablar conmigo como si me interesara su vida. Comienza a contarme de la vez que cruzó el canal del Panamá, de un hotel hermoso en San Francisco y, aún no sé cómo, llegó a Europa y a marcar un índice totalmente diferente al mío, de ciudades. "Acá está Roma", me dijo colocando la mano a la altura de su cabeza (era un señor bastante alto). Luego se agacha y a la altura del suelo vuelve a marcar con la mano "Acá, Barcelona". Primer problema. Todo bien con Roma, me encanta, ojalá pudiera volver cada año de mi vida, pero ¿A quién se le ocurre que las ruinas romanas pueden ser tanto mejores que una ciudad tan llena de vida, tan cosmopolita, como es Barcelona. Yo continué con mi sonrisa porque, después de todo, para eso me pagan, para sonreír. El hombre, que pareció no darse cuenta de ese Costumer Service, de esa falsa sonrisa que le dirigía y de que prefería estar en cualquier otro lugar menos escuchando sus comentarios poco interesantes, continuó: "Y más abajo del subsuelo está Lisboa. Qué ciudad apestosa, vieja".

Me mordí la lengua.

Y el señor continuó.

"Quise tomarme un taxi y le dije 'al barco', '¿qué es un barco?' me preguntaron"

La verdad es que intento ser mejor cada día en eso de morderme la lengua pero en esa ocasión, fracasé.

"Ah, así que usted habla portugués", le dije en tono casual.

"No", por supuesto que no. ¿y cómo espera que una persona que vive día tras día con su propio idioma aprenda el suyo o cualquier otro sólo para usted pueda calificar la ciudad mejor. "Luego traté en francés", insistió el hombre y consideré que ya era hora de irme.