jueves, 17 de marzo de 2011

Doha

Mi amiga Heather vive en Doha.

Nos conocimos en Estados Unidos cuando fui de intercambio. Las dos cursábamos el último año de secundaria. Ella tomaba créditos extras de español y estaba en el top 10; yo vagaba entre mis clases de artes plásticas y teatro.

Ahora Heather es profesora de español, portugués e inglés para lenguas extranjeras. Y haciendo alarde de ese último título juntó algunas cosas en una valija y se fue a medio oriente a enseñar inglés. Sube fotos totalmente extrañas (para mí) sobre niños que se van de excursión al medio de una duna y de quiosquitos de hojas de palmera en medio del desierto.

Mi amiga Heather está en Doha. Yo también. Pero no la puedo ver porque estoy en tránsito. No puedo comprar una visa para entrar a Qatar a menos que tenga una reserva en algún hotel de cuatro o cinco estrellas (o más), cosa que no tengo.

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En Doha me lavé los dientes. Con agua de la canilla. Actitud totalmente mecánica y estúpida.

Esta es, por cierto, la primera vez que salgo de América. Me parece un buen cambio: ya que voy a salir de América, ir a un lugar donde lo normal es que las mujeres se tapen la cabeza, donde Babel se desenvuelve ante mis ojos. Tengo a dos hombres rubios sentados a un lado y a una argentina (nueva amiga) del otro, por lo que no me siento un bicho raro. Una pena.

1 comentario:

  1. Y no comas chicle, por las dudas. Tal vez te sacn del tránsito. Me alegra queestés bien, y ya hayas pasado por Singapur y por Vietnam. Sigo tus pasos, o tus rutas. Buscá entre las especias más raras, acordate de tu amiga la cicinera Google.

    Abrazo.

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