jueves, 24 de enero de 2013

La tercera (no) es la vencida

La tercera no fue la vencida. Me quedo, una vez más, sin islas griegas. Después de tenerlo asegurado y también después de estar tan cerca de la fecha de partida. Nada de dioses ni cóleras funestas; mi versión Homero Ilíada, de Alessandro Bariccó se quedará en mi biblioteca. Nada de oráculo de Delfos ni de fotos blancas en Santorini, tampoco overnight en Mikonos.

En cambio, empacaré Viajes con Heródoto una vez más, buscaré algunos textos sobre el Muro de Berlín, contactaré con aquel amigo finlandés que vive cerca de Helsinki. Y me arruino la tarde tratando de cambiar ropa de verano normal por ropa de verano báltico. 

Todo fue de sorpresa. De esas sorpresas que me gustan, las que desbaratan todos los planes, las que obligan a mantener la mente fría y los dedos de los pies fruncidos. Llamo a la aerolínea para reservar el pasaje (y de paso, confirmar la hora, ya tuve suficiente de perder vuelos en mi vida, gracias) y la muchacha (que estuvo más de media hora para atenderme), con tonito de pobre nena me dice que mi empresa canceló mi vuelo. ¿Cuándo va a llegar el día en que Princess no me de una sorpresa así? En el primer contrato en lugar de volar a Río (tan cerquita de casa) me llevaron a Singapur; para el segundo contrato, una semana antes me apuran para terminar todo el papeleo porque volaba a Venecia un mes antes de lo previsto. Esta vez, para mi tercer contrato, mi barco asignado cambió 4 veces: del Caribbean al Ruby, luego el mismo Ruby en otra fecha. Ahora parece que tengo que dejar mis energías en el Esmerald. Veamos qué pasa de ahora a mañana a las 7 de la mañana.

Después de solucionar el tema del nuevo embarque y el nuevo vuelo, descubrí que salía de mi casa (a correr para terminar de comprar las cosas, por ciertos) con la mayor de las sonrisas. Volver a ver La sirenita, volver a la noche Rusa, ver a mi hermano otra vez. Repetir lugares, solía pensar, no se me da bien. Eso de caminar sobre pasos antiguos es aburrido. Sin embargo, el año pasado recorrí Brujas como si hubiera sido la primera vez, sólo que no me perdí tanto.

Grecia, ya llegaré.

2 comentarios:

  1. No te preocupes, preciosa ... lo que escribiste acá queda chico con la demora del vuelo, la pérdida de la conexión y todo lo demás.
    Supongo llegaste al Emerald con una abundante cantidad de cansancio y desasosiego, pero el viaje recién comienza ...
    Besos grandes desde tu casa !!!

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  2. Es la aventura, amiga. Definitivamente el precio es la paciencia y la espera.

    Abrazo,

    MG

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